sábado, 31 de diciembre de 2016

La rabia

Vuelve a encontrarse aquí, comprimiéndome el pecho. 
Me aplasta el corazón y los pulmones, casi ahogándome.
Cojo lo más cercano a mi mano: las sábanas. Las estrujo canalizando toda mi fuerza hacia mi puño cerrado, conteniéndolas.
Quiero deshacerme de esta sensación, no quiero sentir nunca más esta rabia comprimida y de alta densidad. 
Me hiero.
Quiero pensar en otra cosa pero no puedo.  
¿Qué se supone que debo hacer si no lo puedo evitar? 
¿Lo puedo evitar?
Quiero destruir esta ira que me desgarra, me oprime, me debilita, me asfixia.
No quiero verla transeúente por mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario