lunes, 23 de junio de 2014

Persianas

Abro la ventana y el sofoco de la habitación va desapareciendo poco a poco. Cierro los ojos e inhalo el aire frío de la calle de una noche de verano. Cómo me gustaría poder subir la persiana y ver el cielo. Ojalá se vieran las estrellas... Quiero ver la infinitud de aquello que está por encima de mí y que es tan libre como cuando yo duermo. Me gustaría tanto abrir esa persiana... ¿Por qué no lo hago? Me quedo quieta, expectante, pero al final me rindo y sigo tumbada en esta cama sin hacer nada... Siempre ojalá y ojalá. ¿Por qué no puedo simplemente dejar de imaginar, de soñar, y empezar a hacer? ¿Me faltan ganas? ¿Me falta vida? ¿O es un miedo aterrador a equivocarme? ¿Es el mismo que me impide decir las palabras que guardo tan adentro? ¿Es el miedo al fracaso lo que me impide expresarme y afrontar todo lo que quisiera y más? Quizás cambiaría todo con un poco de voluntad... Quizás la vida sea eso, abrir persianas. Requiere un esfuerzo, pero la vista es preciosa e increíble. Y lo compensa. No sé... quizás si me lanzara... si abriera todas las persianas de mi vida... cambiaría algo. ¿De verdad cambiaría?